Si algo estoy aprendiendo ahora mismo, es que hay que buscar la felicidad, y no hace falta que esté en una carrera ni en unos estudios, la verdad.
Día tras día me he prometido a mí misma estudiar más, superarme y buscar lo que quiero, apuntarme a castings, no ser tan vaga, hablar más lento y con mejor vocalización... pero al igual que los políticos, no acabo cumpliendo mis promesas, además dejo las cosas siempre a la mitad.
Y como todo el mundo, me he sentido torpe, inútil, estúpida, alguna vez. Ya lo decía REM en “Everybody hurts” ("When your day is long, and the night, the night is yours alone. When you're sure you've had enough, of this life, well hang on. Don't let yourself go. Everybody cries, and everybody hurts, sometimes...". Que viene siendo algo así como: "Cuando tu día se haga largo, y la noche, la noche sea solitaria. Cuando estés segura de que ya has vivido suficiente bien, espera. No te deprimas. Porque todo el mundo llora, y todo el mundo sufre a veces...").
Pero todos, repito TODOS, tenemos algo por lo que merezca la pena seguir adelante y decir "¡Chapó por mí!".
En mi caso, es mi personalidad, que aunque esté hundida siempre sonrío, y siempre puedo hacer sonreír, en tu caso, porque eres de esas personas maravillosamente amigables, que estás ahí, que dices "¿fiesta?", PUES FIESTA, "¿café?", PUES CAFÉ, "¿de viaje?", ¡PUES DE VIAJE!
Y no somos mejores por sacar un 10 en el estudio psicológico de la mente infantil.
No hace falta sacar un 10 para saber que la TV manipula la mente de los niños, pero si eso les permite estarse quietos... ¡conseguido!
El problema es que estamos en una etapa de la vida en la que se nos enseña que lo más importante ahora es estudiar, sacarte una carrera, centrarte, independizarte... ¡y NO! Lo importante es ser feliz, y disfrutar ahora, porque luego, ¿qué nos queda? Recuerdos..., eso es lo que queda cuando uno se hace mayor, y si no los vivimos y somos esclavos de nuestros libros y clases será todo en vano. Y entonces no tendremos ya esa oportunidad de hacer las cosas que siempre quisimos hacer.
Porque aún estamos en la etapa en la que somos lo suficientemente maduros para conducir, y estar en el límite de lo infantil para chapotear en un charco sin que se nos considere locos.
No hace falta juerga pendona, ni dejar tampoco la búsqueda de la independencia, pero sí hay que disfrutar y aprender de la asignatura que es más difícil y que nadie nos enseña: la vida. Y esa, hay que vivirla juntos, en lo bueno y en lo malo, y yo estoy aquí para agarrarte de la mano y ayudarte a subir la cuesta porque te darás cuenta de que cuando lleguemos, se verán maravillas desde arriba y se respirará aire fresco...
Beatriz