10 de enero de 2012
Dolor
Cuando las palabras no bastan. Porque dentro quema algo que no se puede decir. Que no se consigue decir. Cuando quien tienes delante, en lugar de darte la respuesta que querías, dice otra cosa. Dice más, dice demasiado. Ese demasiado que es nada, que no sirve para nada. Y que hace el doble de daño. Y el único deseo es devolver ese dolor. Hacer daño. Esperando así sentirse un poco mejor.
Como un cuento de hadas
Amistades pasajeras
Al principio todo te parece agradable. Después, cuando la historia arranca, lo que parecía agradable puede volverse bonito, incluso eternamente bonito... Pero la mayoría de las veces degenera y acaba siendo un espanto.
Recuerdos
Y me dan ganas de gritar. En este silencio que hace daño. Basta. Déjame. Ponlo todo de nuevo en su sitio. Así. Cierra. Doble vuelta de llave. En el fondo del corazón, allí, en aquella esquina. En aquel jardín. Algunas flores, un poco de sombra y después dolor. Ponlos allí, bien escondidos, te lo ruego, donde no duelan, donde nadie pueda verlos. Donde tú no los puedas ver. Eso. Otra vez enterrados. Ahora está mejor. Mucho mejor.
6 de enero de 2012
Desesperación
La desesperación es una forma de negar la verdad, cuando asumirla supone aceptar un dolor insoportable. Y el cuerpo se niega, se rebela.
Quizá...
Quizá el tiempo se mida en palabras. En las palabras que se dicen. Y en las que no se dicen.
Aprendió...
Aprendió que las cosas malas hay que tragarlas deprisa, y que pierden sabor si se les pone el azúcar de una canción.
5 de enero de 2012
II
La vida es curiosa.
Cuando eres niño
el tiempo no acaba de pasar,
luego sin darte cuenta
tienes 50 años,
y de la infancia
lo único que te queda
cabe en una cajita oxidada.
¿Qué es el amor?
El amor es cuando no respiras, cuando es absurdo, cuando echas de menos, cuando es bonito aunque esté desafinado, cuando es locura.
Cuando...
Cuando estás mal, cuando lo ves todo negro, cuando no tienes futuro, cuando no tienes nada que perder, cuando... cada instante es un peso enorme, insostenible. Y resoplas todo el tiempo. Y querrías liberarte como sea. De cualquier forma. De la más simple, de la más cobarde.
Noche
Noche. Noche encantada. Noche dolorosa. Noche insensata, mágica y loca. Y luego más noche. Noche que parece no acabar nunca. Noche que, sin embargo, a veces pasa demasiado rápido.
Recuérdame
Todo lo que hagas en la vida, será insignificante.
Pero es muy importante que lo hagas, porque nadie más lo hará.
Como cuando alguien entra en tu vida, y una parte de ti dice:
"no estás minimamente preparado para esto",
pero la otra parte dice:
"hazla tuya para siempre".
4 de enero de 2012
Qué les pasa a los hombres
A las chicas nos enseñan muchas cosas desde pequeñas: si un chico te incordia, es que le gustas, y nunca te cortes el flequillo, así algún día conocerás a un hombre maravilloso y tendrás tu propio final feliz. Cada película que vemos, cada historia que nos cuentan, nos piden que creamos en ellas: el giro al final de la historia, la declaración de amor inesperada, la excepción a la regla. Pero a veces, estamos tan obsesionadas por encontrar nuestro final feliz, que nos olvidamos de leer las señales, las que diferencian a las que nos quieren de los que no, a los que se quedarán de los que se irán. Y es posible que ese final feliz no incluya al hombre ideal, puede que seas tú recomponiéndote y volviendo a empezar, liberándote para algo mejor que puede haber en tu futuro. Puede que el final feliz sea simplemente pasar página, o puede que el final feliz sea saber que a pesar de que todas las llamadas no devueltas, de todos los desengaños, las meteduras de pata y las señales malinterpretadas, a pesar de todo el dolor y el bochorno, nunca perdiste las esperanzas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)